lunes, 19 de noviembre de 2012

Beneficios de la actividad física en la infancia y adolescencia

En la actualidad existe aún una cierta confusión terminológica en relación a diversos conceptos relacionados con la actividad física. El objetivo de este aparatado es clarificar estos conceptos para una mejor comprensión de las ideas y contenidos que se exponen más adelante. La mayor parte de las conceptualizaciones han sido consensuadas internacionalmente y provienen de la necesidad de clarificación teórica y terminológica para la interpretación correcta de los resultados de la investigación.

Así, la actividad física se define “como cualquier movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos del que resulta un incremento sustancial del gasto energético en reposo” (1). Esta definición comprende cualquier tipo de actividad física, tanto laboral como de ocio. Por su parte, ejercicio se define como una clase específica de “actividad física planeada, estructurada, con repe- tición de movimientos corporales hecha con el objetivo de mejorar o mantener uno o más de los componentes de la condición física”.

Otro concepto, relacionado con los anteriores es el concepto de deporte. Sin embargo, la palabra deporte posee significados diferentes según el contexto cultural en el que se usa. Así, en los países de habla anglosajona hace referencia a la práctica deportiva competitiva y estructurada. En cambio, en muchos países de Europa se encuentra más asociada a lo que se ha venido en denominar “deporte para todos”. Por otro lado, en el contexto cultural español a menudo se usa con ambos significados.

La actividad física suele clasificarse en función de su intensidad, clasificación que resulta de interés por los efectos fisiológicos diferenciados. Así, la actividad física vigorosa es “aquella que tiene la capacidad de servir de estímulo para incrementar la capacidad funcional de una persona media, produciendo procesos de adaptación y entrenamiento”. En adultos suele considerarse actividad física vigorosa aquella cuya intensidad es mayor a 6 equivalentes metabólicos de gasto energético en reposo (METs), 7 kcal/min o el 60% la capacidad máxima de utilización de oxígeno (VO2máx). Por su parte, la actividad física moderada es “aquella cuya intensidad está por debajo de ese umbral capaz de producir fenómenos de entrenamiento y se encuentra entre los 3 y 6 METs”.

Otro concepto relevante en relación a la temática abordada es el de condición física, que clási- camente se ha entendido como la capacidad de realizar trabajo muscular satisfactoriamente. Sin embargo, ese concepto tan restringido se ha ampliado para reconocer sus vínculos con la salud, de modo que actualmente se distingue entre dos tipos. La condición física orientada al rendimiento hace referencia a la capacidad de rendir en el deporte, el trabajo o pruebas de capacidad física y puede definirse como el “conjunto de atributos que las personas tienen o logran relacionados con su capacidad para desarrollar esfuerzo físico”. Por su parte, la condición física orientada a la salud hace referencia a los componentes de la condición física que tienen relación con una buena salud, y se define como un “estado caracterizado por la capacidad de realizar las actividades de la vida diaria con vigor y la demostración de rasgos y capacidades que están asociadas con un bajo riesgo de desarrollo prematuro de condiciones y enfermedades hipocinéticas”.


PARADIGMAS DE RELACIONES ENTRE ACTIVIDAD FÍSICA, CONDICIÓN FÍSICA Y SALUD

Otra cuestión de extrema relevancia es la que deriva de lo que se denominan paradigmas de relaciones entre actividad física y salud, que han variado en las últimas décadas, cambiando drás- ticamente la forma de conceptualizar cómo la actividad física es capaz de producir efectos sobre la salud. Así, durante mucho tiempo se asumió que los efectos beneficiosos de la actividad física sobre la salud se producían sólo en la medida en que la actividad física contribuía a mejorar la condición física. En la actualidad se sabe que tal idea es errónea y que la actividad física regular de intensidad moderada posee efectos positivos sobre la salud aunque ésta no sea capaz producir mejoras apreciables en la condición física, lo que ha dado lugar a una nueva interpretación de las relaciones entre actividad física, condición física y salud. Esto significa, en términos prácticos, que no es necesario que niños y adolescentes realicen actividades físicas de elevada intensidad para que de ello se deriven beneficios para la salud.

Finalmente, en la actualidad se sabe que la actividad física muestra una relación dosis-respuesta respecto a los beneficios sobre la salud, esto es, los beneficios obtenidos para la salud (“respuesta”) se incrementan según aumenta la cantidad de actividad física realizada (“dosis”), si bien siguiendo un modelo de beneficios decrecientes y hasta llegar a un punto en que mayores cantidades de actividad física no seguirían contribuyendo a una mejora de la salud, pudiendo incluso llegar a deteriorarla. De ello se deduce que, en términos generales, cuanta mayor cantidad de actividad física realicen niños y adolescentes mayores serán los beneficios que obtendrán para su salud, siempre que no se lleguen a niveles exhaustivos de entrenamiento.


BENEFICIOS DE LA ACTIVIDAD FÍSICA SOBRE LA SALUD EN NIÑOS Y ADOLESCENTES

Para interpretar correctamente los potenciales beneficios de la actividad física durante la infancia sobre la salud, se deben tener en cuenta tres líneas de interacción:

1.- En primer lugar, la actividad física tiene un impacto directo sobre la salud infantil, relacionado con sus efectos beneficiosos sobre los procesos de crecimiento y desarrollo, así como sobre su capacidad para prevenir el desarrollo temprano de factores de riesgo de enfermedad.

2.- Un mejor estado de salud en la infancia como consecuencia de la práctica regular de actividad física producirá un efecto de transferencia a la edad adulta, ya que se sabe que muchos de los principales factores de riesgo para la salud comienzan a desarrollarse a edades tempranas y tienden “transmitirse” a la edad adulta (fenómeno de tracking).

3.- Por último, se sabe que si un sujeto es activo durante la infancia resultará más probable que sea activo durante la edad adulta, lo que a su vez producirá un efecto positivo sobre el estado de salud en la edad adulta.

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